Uno de los roles más importantes que tenemos como padres, es guiar a nuestros hijos en sus experiencias en el mundo, y en la actualidad se suma la necesidad de acompañarlos en sus experiencias virtuales. Nos guste o no, forma parte de la vida cotidiana y es nuestra responsabilidad lograr un equilibrio que les permita usar la tecnología de manera productiva y estimulante sin que interfiera con las relaciones interpersonales, el juego, los deportes, y otras actividades que no involucran dispositivos electrónicos.
¿Qué podemos hacer entonces como padres para maniobrar sabiamente este laberinto tecnológico en el que nuestros hijos transitan? Seguramente los límites entre lo que es aceptable y no, serán diferentes para cada familia, pero hay ciertas guías que podemos seguir:
Buscá un equilibrio
La tecnología está aquí, no se irá a ningún lado y, por el contrario, cada vez seremos más dependientes de ella. Por lo tanto, lo mejor es sentirnos cómodos con la tecnología y determinar cómo usarla para contribuir al desarrollo de nuestros hijos y reducir los potenciales riesgos. El objetivo es establecer una relación balanceada y sostenible con los dispositivos electrónicos. Debemos además reconocer que no todo el tiempo frente a una pantalla tiene el mismo peso. De alguna manera, es como las dietas, 100 calorías de bebidas azucaradas no es lo mismo que 100 calorías de una ensalada, y del mismo modo una hora mirando videos en forma pasiva no es lo mismo que una hora participando en un programa de arte online.
Hay que tener en consideración: ¿tu hijo está accediendo a contenido apropiado para su edad?, ¿las aplicaciones que usa son interactivas y conducentes a hacerlo pensar o son pasivas? ¿Has puesto las restricciones de privacidad para limitar la información a la que puedan acceder los desconocidos y quien puede contactar a tu hijo?
Una acción muy recomendable es que establezcas límites para el tiempo que tu hijo pasa frente a una pantalla. No hay un número específico de horas a partir del cual resulta perjudicial para su salud física y mental, de modo que cada familia tendrá que decidir eso basado en la edad del menor y en sus propios valores. Lo importante es establecer tiempos firmes en los que no es aceptable estar pendiente del teléfono o Tablet, para algunas familias puede ser durante la cena y en los días de escuela, para otra puede ser mientras van en el auto o hacen tareas. También hay que alentar actividades saludables y sin tecnología, como deportes, tiempo presencial con amigos, salidas a parques y caminatas por la naturaleza.
Vos sos el modelo a seguir
La tecnología no es solo un imán para los jóvenes, también lo es para nosotros, los padres. Miramos nuestro teléfono constantemente, trabajamos después de hora, miramos episodio tras episodio de nuestras series favoritas, y a veces, hasta caminamos mirando la pantalla del celular corriendo el riesgo que se nos crucen por delante columnas, árboles y otros peatones. También reconozcamos que mandamos algún texto mientras manejamos.
Nuestros hijos están mirando y aprendiendo, y no solo copian nuestra conducta, sino que además sienten que tienen que competir con nuestro celular por un poco de atención. El uso consciente y limitado de la tecnología es la mejor forma de enseñarle a nuestros hijos la esencial habilidad de desenchufarse. Estos son excelentes momentos para hacerlo: cuando los llevás o buscás de la escuela, ya que es un momento de transición para ellos; cuando llegás del trabajo, que es el momento en el que te reconectás con tu familia; durante las comidas; durante los paseos, en donde el foco está en la familia.
Tomá las decisiones en familia
De la misma manera en que se deciden otras áreas de la vida familiar en conjunto, también es bueno decidir junto a tus hijos cuáles serán las reglas a seguir en lo que se refiere al tiempo frente a una pantalla. Esto logra que todos entiendan por qué se toman ciertas limitaciones y estén más dispuestos a seguirlas. Si los chicos son parte del diseño de un plan de uso de tecnología para la familia, es más factible que lo sigan.
Una sugerencia para incrementar tu influencia en el tema del uso de pantallas es involucrarte más en las experiencias que tu hijo tiene online. Allí podrás estar más familiarizada con el contenido que consume, tu hijo aprovechará más la experiencia a través del aporte que hagas, y es una oportunidad para conectarse. Por otra parte, si ellos saben más que vos de tecnología, te pueden enseñar lo cual además es una excelente oportunidad para engordar su autoestima. Otra recomendación es acomodar las necesidades y preferencias de cada hijo en forma individual, más que tener una “norma” generalizada. Cada hijo es diferente, tiene distintos gustos y necesidades, y la relación que tienen con sus electrónicos no es la excepción.
El área de nuestro vínculo con la tecnología es dinámica y en constante evolución, por lo que nos tendremos que mantener flexibles para poder seguir adaptándonos a los cambios que se presentan a una velocidad vertiginosa. Hay muchos beneficios en el manejo fluido de los dispositivos electrónicos que ponen el mundo a nuestro alcance; solo tenemos que mantenernos atentos a no permitir que el uso excesivo de estos nos empuje a vivir en un mundo virtual y nos haga olvidar la importancia de darle un abrazo a un amigo, mirarlo a los ojos y saber que está triste, juntar mariposas en el parque, hacer competencias a ver quién corre más rápido al árbol, jugar un partido de fútbol, en fin, de todas las cosas que nos conectan con el mundo físico, real e importante en el que vivimos.
Si tenés ganas de embarcarte en algún proyecto, pero no sabés por dónde comenzar; si te sentís abrumada entre la familia y las obligaciones, te ayudo a delinear un plan de acción y te presento la información que necesitás para darle curso.
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