¿Alguna vez te pasó haber calculado perfectamente la cantidad de tiempo que tenías para realizar distintas actividades, hastal los segundos, y que luego un imprevisto arruina todo tu cronograma?
No estás solo, nos pasa a todos. Acá van algunos “life hacks” o trucos para manejar mejor el tiempo.
–Sé pesimista a la hora de planear. Hay un efecto, que se llama la “falacia de planificación”, que nos hace subestimar la cantidad de tiempo que vamos a necesitar para realizar una tarea…incluso cuando ya lo hayamos hecho antes y sepamos concientemente que esto toma más tiempo. Lo que sucede es que al planear tenemos una predisposición optimista y al hacer no se cumplen siempre todas las condiciones imaginarias que pensamos que se cumplirían. Curiosamente, cuando necesitamos evaluar cuánto tiempo le tomará determinada tarea a un tercero lo hacemos pesimistamente, por lo cual sobra tiempo en lugar de faltar.
–Aprende a decir “no”. Muchas veces en el entusiasmo del momento decidimos decir que sí a todo lo que nos proponen. Así en un mismo día nos comprometimos a salir a correr, tomar un café para discutir negocios por la mañana, entregar un proyecto antes del almuerzo, clases por la tarde, una reunión y luego algún evento social por la noche. No es posible hacer todo, a veces hay que decir que no y concentrarnos en la calidad más que en la cantidad.
-Define tus metas. La falta de progreso en un proyecto a veces se debe a que nos quedamos esperando una señal cósmica, algo que nos diga qué hacer. Nunca podremos avanzar si no sabemos a dónde queremos ir.
-No seas tan perfeccionista. Muchas veces escribimos una oración. La leemos. La re-leemos, la cambiamos. Tiramos la hoja. Nos frustramos, repetimos el proceso. El tiempo que pasamos haciendo todo esto nos evita avanzar realmente. Es mejor dejar algo como está, aunque no estemos 100% convencidos , y editarlo luego. El producto final raramente es idéntico a nuestra idea inicial, y eso está bien, es la base del cambio y la evolución. “pide perdón, no permiso” es un buen consejo relativo a esto.
-Encuentra alguna actividad que te energice. Hazla. Todos somos diferentes ,y preferimos actividades distintas a la hora de relajarnos. Prueba, experimenta, hasta que des con un algo que te devuelva las energías y te deje listo para continuar trabajando. Hazle tiempo en tu agenda.
-Haz listas. Suena obvio pero es muy necesario. Nuestra mente no recuerda todo. Y aunque pudiera, es mejor concentrarnos en la tarea que tenemos en frente y dejar los recordatorios escritos en algún lado. Puede ser en el celular, hay infinidad de aplicaciones que apuntan específicamente a esta tarea, o si preferimos el papel cualquier agenda servirá. Papeles de colores pegados por el espacio de trabajo, una cinta roja que nos recuerde que tenemos algo pendiente, cualquier cosa sirve siempre y cuando cumpla la función de ayuda-memoria.