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Trabajar desde casa vs. trabajar desde la oficina ¿Qué resulta mejor?

Cada vez más empresas permiten a sus empleados trabajar desde sus hogares, y más dueños deciden hacer negocios desde sus livings, o directamente desde el confort de su cama. Algunos prefieren esta modalidad y otros, después de un tiempo, vuelven a la opción más tradicional de la jornada de oficina de 9 a 5 (o el horario que sea).

Resulta que, como sucede con todas las cosas, no hay una respuesta definitiva, y lo que funciona de maravillas para algunos para otros es improductivo. Veamos los pros y los contras de cada modalidad:

 

Trabajar en pijama:

Pro: la falta de un uniforme establecido aumenta la creatividad de algunos. El nivel de comodidad es mayor y nos hace sentir más a gusto. Una vez le preguntaron a Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, por qué usaba siempre la misma ropa en sus apariciones públicas. Su respuesta fue que había elegido un atuendo con el que se sentía bien y había decidido usarlo siempre, ya que eso implicaba una decisión menos que tomar cada día, y podía enfocar su capacidad de toma de decisiones en otras cosas.

Contra: los investigadores de la Universidad Northwestern Hajo Adam y Adam Galinsky descubrieron en un estudio de 2012 un fenómeno que denominaron “encloted cognition”, algo parecido a “cognición arropada”. Aquellos participantes que usaron una bata blanca “de doctor” lograban prestar más atención y durante más tiempo. El efecto no se daba si la bata se asociaba a un pintor, por ejemplo. Esto implica que nuestras capacidades varían dependiendo de el grado de profesionalidad de nuestro atuendo. Si vestimos un traje elegante que grita “¡negocios!” entonces nuestro cerebro adopta esa mentalidad.

 

Pasar más tiempo con familia y mascotas:

Pro: a nivel social y emocional esto nos mantiene en contacto con los seres que amamos y por ende podemos rendir más.

Contra: el estar en casa constantemente puede resultar en que nos interrumpan más seguido o no logremos concentrarnos si no tenemos un espacio apartado de los demás miembros del hogar.

 

No hace falta conducir ni usar transporte público:

Pro: ahorramos tiempo y dinero. Es la opción más ambientalmente conciente.

Contra: Algunas personas usan el viaje diario hacia el trabajo para cambiar la mentalidad “hogareña” por una “laboral”, y el viaje de vuelta para hacer lo opuesto, “desenchufarse”. Si trabajamos desde casa debemos poder hacer esto sin trasladarnos físicamente.

 

Manejar los horarios a voluntad:

Pro: no tener un horario establecido significa que podemos dedicarnos a trabajar cuando sabemos que somos más productivos, sea a la noche, madrugada o media tarde.

Contra: No tener una hora de salida puede implicar que, mentalmente, nunca nos vamos del trabajo. Si un trabajo se extiende más allá del viernes hasta abarcar todo el fin de semana y no sabemos cuándo podremos descansar, el estrés puede aumentar en lugar de disminuir.

 

No hay nadie alrededor para criticar nuestro trabajo:

Pro: trabajar sin presión implica que podemos dar rienda suelta a nuestros instintos y tener más libertad . Podemos subir la música tanto como queramos o calentar pescado en el microhondas sin miedo de ofender a nadie.

Contra: cuando necesitamos una crítica, es más fácil conseguirla si compartimos el espacio físico con nuestro jefe o algún colega que concertar un horario para una videoconferencia o un chat en grupo. Obtener feedback se hace más problemático.

 

Depender de tu poder de voluntad:

Pro: si somos voluntariosos entonces nuestro día puede extenderse mucho y podemos completar grandes proyectos rápida y eficientemente.

Contra: si, por otro lado, somos de los que se benefician con tener que marcar la tarjeta porque la presión nos motiva, entonces quizás trabajar desde casa no sea lo óptimo.

 

Estar solo:

Esta característica es un pro si nos desempeñamos mejor solos o una contra si resulta que necesitamos el apoyo de un grupo de trabajo o de interacción frecuente.

 

Desde luego, cada uno debe evaluar cuál opción resulta mejor para uno. Y no hay que ser extremistas tampoco, a veces una solución híbrida, como trabajar en la oficina de lunes a jueves y en casa los viernes, también puede funcionar.

Sandra Camponogara
Sandra Camponogara
Sandra emigró a los Estados Unidos en 1988 desde su Argentina natal con grandes sueños y sin ahorros. Después de trabajar en la industria del turismo en la ciudad de Nueva York durante unos años, comenzó su propia compañía de operadores turísticos, InterConnect USA en 2000 y dos décadas más tarde creó su segunda compañía, Hola Fortuna. Reinventándose una y otra vez a través de desafíos comerciales y personales, Sandra alienta a las latinas a buscar el equilibrio y la independencia financiera.

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