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Tomando la ruta menos transitada

Hay una historia que cuenta cómo Alejandro Magno, en camino a Persia, pasó por una ciudad llamada Gordion donde había un nudo atado hacía tiempo por el fundador de dicha ciudad, Gordias. El nudo tenía los extremos escondidos y era sumamente complejo, al punto que había surgido una leyenda que decía que quién pudiese desatar el nudo sería capaz de conquistar toda Asia. Alejandro llegó al lugar y se vió enfrentado, aparentemente, con dos opciones: intentar desatar un nudo imposible y mostrarse humillado frente a todos, o irse sin intentarlo y que todos los vieran derrotado. Después de mirar el nudo por un rato, Alejandro desenfundó su espada y lo cortó. “Igual da cortarlo que desatarlo”, dijo. Y esa noche hubo una tormenta eléctrica, señalando que los dioses aprobaban su método.

Recordamos la historia como una invitación a pensar las cosas de manera diferente. Normalmente se cree que la creatividad es una cualidad con la que nacemos, en lugar de algo que se puede desarrollar, cuando no es ese el caso. El ejemplo de Alejandro muestra que hay más soluciones a un mismo problema de las que pensamos, si estamos dispuestos a pensar de manera diferente.

En primer lugar, el principal enemigo de la creatividad es la rutina. Caminar por las mismas calles, usar los mismos colectivos, hablar con la misma gente, comer los mismos platos. Esto encasilla nuestra visión en algunas cosas, y fija nuestra perspectiva del mundo. Nos perdemos de hacer contactos, recorrer nuevas rutas, y en general de estar en contacto con nuevas ideas. Es increible lo distinto que podemos ver el mundo si nos corremos aunque sea mínimamente del lugar que ocupamos.

Luego, debemos abandonar la idea de que todos los problemas tienen una solucion binaria. Si o no, blanco o negro. La realidad es infinitamente más complicada, y a cada problema se corresponde todo un abanico de soluciones que van más allá de “¿debería no hacer algo?”.  Todos los pre-conceptos que tenemos acerca de algo limitan nuestra manera de verlo. Lo mejor es evaluar la información que tenemos y en base a eso elaborar nuestras ideas.

También ayuda llevar un diario o una bitácora de lo que vamos haciendo o simplemente de cosas que veamos que nos llamen la atención. Esto nos incentiva a observar el mundo más cuidadosamente y registrar las cosas de manera diferente. La ciencia piensa a la memoria como una gran telaraña donde cada uno de nuestros recuerdos está conectado con los demás. Mientras más asociaciones seamos capaces de hacer más ideas podremos relacionar, y esta es la base de la creatividad.

Finalmente, a la hora de ser creativos lo que más importa es perder la timidez y la vergüenza. Esto implica cierta valentía de nuestra parte, pero la valentía se traduce en un efecto liberador en nuestro cerebro que automáticamente produce más ideas. Además esto tiene que ver con el desarrollo mismo de nuestra creatividad: mientras más creativos nos permitamos ser, más se incrementará

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Sandra Camponogara
Sandra Camponogara
Sandra emigró a los Estados Unidos en 1988 desde su Argentina natal con grandes sueños y sin ahorros. Después de trabajar en la industria del turismo en la ciudad de Nueva York durante unos años, comenzó su propia compañía de operadores turísticos, InterConnect USA en 2000 y dos décadas más tarde creó su segunda compañía, Hola Fortuna. Reinventándose una y otra vez a través de desafíos comerciales y personales, Sandra alienta a las latinas a buscar el equilibrio y la independencia financiera.

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