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Como hacer del “networking” algo dinámico y divertido

A estas alturas ya todos sabemos (o nos han dicho, o hemos leído) acerca de la importancia del “networking”, tanto en lo profesional como en el ámbito de lo personal. El término significa básicamente “redes” o “trabajo en redes”, y no tiene nada que ver con las arañas.

Cada vez se valora más la mezcla de distintos estilos, disciplinas, habilidades y experiencias en las empresas y los emprendimientos personales,pero…¿cómo llegamos a eso? Conocer a nuevas personas, que sean diferentes de nosotros, interesantes, con quien vayamos a congeniar y podamos eventualmente colaborar en algñun proyecto suena a veces como una entrevista de trabajo. Y eso es si de alguna manera logramos encontrar a personas así y reunirlas en un mismo lugar al mismo tiempo.

Nat Eliason era nuevo en la ciudad de Austin y tenía este problema. Su solución fue lo que llamó las “second-degree dinners” o “cenas en segundo grado”. Es una solución elegante al problema del networking:

Se empieza con 2 co-anfitriones. Cada uno de ellos tiene que invitar a una persona que apenas conozca (un amigo de un amigo, por ejemplo) pero que le parezca interesante y, en lo posible, sea diferente de ellos. Estos primeros invitados, luego, tienen que invitar a su vez a una persona cada uno, de las mismas características. El resultado final es una reunión de 6 personas en la cual cada uno conoce sólo a 2 personas y se encuentra por primera vez con los otros 3. De esta manera todos los invitados son personas con las que querrías pasar el tiempo, porque nada más podés invitar a alguien que te cae bien.

Apenas llegan, a medida que van pidiendo algo para tomar, cada uno tiene que decir

-Quiénes son

-De dónde son

-En qué están trabajando

-Algo que los emocione (puede ser un libro, una serie, una película o lo que se les ocurra)

 

Una buena cena y una copa con alguién nos ayuda a conocerlo mejor

A medida que todos se van conociendo un poco más y ya rompieron el hielo (en esta parte ayudan las bebidas) es momento de que cada uno vuelva a decir algo. Esta vez se trata de algo que les esté dando trabajo, o les esté costando mucho, que sea un desafío en su vida.

Hay un salto bastante grande entre una presentación simple y esto, que ya es más personal, pero la idea es justamente pasar a un nivel de charla más profunda, en la que los demás pueden ofrecer sus experiencias y consejos, y automáticamente se hace más íntima la charla y se evita la conversación casual. Al pasar tan rápido a este punto se evita el momento de la charla casual y vamos directamente a lo trascendente. Los vínculos son más fuertes, ¡aunque se trate de alguien que conociste hace un par de horas!

Si todo sale bien, en el espacio de una velada vas a haber hecho buenos amigos y contactos con los que compartir tu vida personal y mejorar tu vida profesional.

Algunas claves para organizar apropiadamente tus cenas son:

-Encontrá un lugar conveniente: que no le quede demasiado lejos a nadie, y donde se pueda hablar tranquilamente. No tiene que ser un lugar muy caro. A la hora de sentarse alrededor de la mesa sería mejor que quedes cerca de las personas que no conocés, para que a la fuerza tengas que hablar con ellos.

-Elegí un horario adecuado: si te proponés hacer una cena de segundo grado regularmente – unas vez cada 3 ó 4 semanas, por ejemplo- y lograr incomporarlo a tu agenda, podés volverlo algo regular y ampliar tu red cada vez más.

-Como co-anfitrión, es tu tarea lograr que todos se sientan cómodos, así que cuidá que el ambiente no se torne demasiado serio ni demasiado disperso. A partir de ahí, podés improvisar o seguir siempre un mismo formato.

-¡No te olvides de la parte más importante! Intercambiar datos, agregarse en las redes sociales, y mantener el contacto con los demás comensales!

Sandra Camponogara
Sandra Camponogara
Sandra emigró a los Estados Unidos en 1988 desde su Argentina natal con grandes sueños y sin ahorros. Después de trabajar en la industria del turismo en la ciudad de Nueva York durante unos años, comenzó su propia compañía de operadores turísticos, InterConnect USA en 2000 y dos décadas más tarde creó su segunda compañía, Hola Fortuna. Reinventándose una y otra vez a través de desafíos comerciales y personales, Sandra alienta a las latinas a buscar el equilibrio y la independencia financiera.

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