Como la mayoría de las madres, te pasas el día cuidando las necesidades de la familia, la casa y mucho más. Y al terminar la jornada, tu mayor motivación es llegar a la cama y dormir. Este es el estrés y agobio que se produce cuando nos enfocamos tanto en las necesidades de los demás, y las nuestras quedan olvidadas. Pero no tiene que ser de esta manera. Por eso te voy a dar varios tips para que reduzcas el estrés en tu vida y vivas de manera más armoniosa y equilibrada.
Veamos lo que podemos hacer para aliviar el agobio que llega aparejado con el rol de mamá:
1. Eliminá, eliminá, eliminá
Todas las experiencias que aceptamos en nuestro entorno forman parte de nuestra responsabilidad: familia, trabajo, hijos, relaciones, mandados, compromisos sociales, laborales, etc. Llega un momento en el que estamos tapados por estas responsabilidades que hemos asumido y ya no damos más. El problema, es que la mayoría de las personas que se sienten de esta manera, es porque no saben decir que no y creen que la solución está en trabajar más para cumplir con todo. No consideran la posibilidad de eliminar alguna actividad o compromiso. Esto es fácil de decir y más difícil de hacer, pero es un gran alivio cuando se logra.
Cuando estaba yo criando mis hijos, los veranos eran más livianos para mi porque mi mamá o mi suegra venían de Argentina a quedarse con los niños en las vacaciones. Y aunque yo trabajaba, muchas de las otras responsabilidades estaban muy bien atendidas. Entonces para Septiembre, cuando empezaban las clases, yo estaba con renovado vigor y energía, y siempre me anotaba en clases, actividades para mi o los niños, y tomaba compromisos de trabajo que me extendían los horarios. Todo para notar que para la época de Halloween, la que precisaba un hechizo era yo. Cansadísima, agotada, agobiada.
Con los años aprendí a separarme de todas las actividades no esenciales, de todo lo que no sumaba directamente a mi vida. Dejé de ir a algunos eventos sociales de trabajo, dejé de anotarme como voluntaria en actividades que no eran oportunas para ese momento de mi vida, comencé a decirle que no a compromisos a los que iba ‘por no quedar mal’. Y para mi total sorpresa, noté… ¡que no pasa nada! Que el mundo siguió girando y que yo pude poner un poco de paz en mi agenda. Estoy segura que también hay cosas en TU dia que se pueden eliminar.
2. Formá tu tribu
El agobio que sienten muchas madres es una experiencia debilitante y que profundiza el aislamiento. Es importante dejar de lado el orgullo y pedir ayuda. Esto no representa debilidad ni fracaso. Una tribu es un grupo de amigos, conocidos o comunidades online que te pueden apoyar y guiar a través de los altibajos que trae aparejado el ser mamá. Reuní tus aliados y rodeate de gente positiva y que está en tu equipo.
3. Buscá una actividad que sea solo tuya
¡Y que nadie más de tu entorno se pueda anotar! Quizás una clase de yoga, o salir a correr o sentarte tranquila a leer o tomar un baño relajante. Lo deseás porque lo necesitás. Al compenetrarnos en nuestro rol de madres, nos olvidamos de quienes somos verdaderamente. El tomarnos tiempo para nosotras es supremamente importante y hay que buscar la manera de darnos ese espacio.
4. Conectarnos con la naturaleza
Es extremadamente beneficioso para tu salud física y mental. Una caminata por un parque puede ser maravillosa, especialmente si podes estar descalza un momento sobre el césped. Yo siempre digo que el mar cura todos mis males, ya que camino por la arena y vuelvo tranquila y feliz a casa. Todo contacto con la naturaleza nos renueva y nos amarra a tierra.
5. Conectate con amigas que no tienen niños
Salir con amigas que no tienen niños es espectacular porque no tienen la menor idea por lo que estás pasando, entonces te hablan de otras cosas diferentes que sacan tu mente del día a día. Su perspectiva de vida puede que sea diferente a la tuya, pero eso es quizás lo que estás necesitando.
Por otra parte, las amigas que no tienen niños probablemente te ven como un superhéroe al saber todo lo que hacés en un día y es muy factible que estén dispuestas a ayudarte con alguna tarea cuando lo necesites.
6. Comenzá a decir que ‘NO’
Que fácil que es caer en la trampa de decir que si a otras personas en la comunidad y llenarnos de compromisos que no nos suman. A veces nos anotamos en actividades voluntarias en la escuela, para llevar comida a un evento deportivo de los chicos, para dar clases de catequesis los domingos, para llevar al vecino a la escuela… cuando en realidad lo único que nos dejan es mas estrés y agobio. Nuestra principal responsabilidad es hacia nuestros hijos y mucho de lo demás, puede esperar. Decir que NO, no es egoísmo, es proteger tu salud física y mental.
7. Comé saludable
Una dieta saludable provee más energía y hace que nos sintamos mejor. No estoy hablando de dietas costosas o elaboradas, sino de comidas con menos azúcar, grasas, harinas, cafeína, alcohol. y por supuesto, el tomar suficiente agua por día, unos 6 a 8 vasos. Lo que ocurre en general es que estás siempre apurada y estresada, entonces te satisface comer panes, comidas procesadas, dulces y bebidas carbonatadas y todo eso te hace desearlas más todavía… entonces el ciclo continúa.
El secreto está en planear las comidas con anticipación, lo cual ahorra tiempo y dinero. Y al tener buenas opciones listas, hay menos necesidad y tentación de correr al drive-through a buscar comida rapida. Si logramos hacer que la rutina incluya comidas saludables, estaremos bien encaminadas.
8. Desconectate de los medios sociales por un rato
Que levante la mano el que está pendiente del teléfono, de las notificaciones y del último anuncio de ‘noticias de último momento’. Si sumamos todas las horas del día que pasamos viendo lo que pasa en la vida de los demás, podemos rescatar mucho tiempo a disposición para nuestra vida y actividades enriquecedoras.
9. Delegá las tareas de la casa
No hay razón por la cual una mamá deba asumir todas las responsabilidades de la casa cuando hay niños y otros adultos presentes. Si por lo menos cada uno ordena y mantiene sus cosas, ya contribuye a disminuir las responsabilidades de la madre. La distribución de tareas debe ser balanceada y en el caso de las mamás que crían a sus hijos solas, también hay que aceptar el hecho que las cosas no siempre van a estar ordenadas.
10. Hacé una lista de cosas para hacer
Muchas veces las madres están abrumadas por la cantidad de cosas que saben que hay que hacer y no saben por dónde empezar. La noche anterior anota las cosas que hay que completar al día siguiente y agregá a la lista a medida que el día progresa. La lista será larga, pero es un gran alivio cuando empezás a tachar cosas porque ya las hiciste.
11. Disfrutá tus victorias
Tendemos a concentrarnos en lo que falta, en lo que no está, en lo que queremos y no llega, pero pocas veces celebramos nuestros pequeños grandes logros diarios. Es bueno terminar el día pensando en las cosas que se lograron, en que los chicos están bien, que están limpios y se han alimentado, y que ha sido un buen día.
Las responsabilidades y expectativas de ser madre son tremendas e interminables. Pero no deben ser estresantes. Es hermoso disfrutar el criar a nuestros hijos. Solo requiere un poco de práctica y disciplina, pero evitar el estrés y sentirte abrumada, hace que valga la pena el esfuerzo. Espero que estas ideas te sirvan para que tu dia progrese con más calma, para que disfrutes los momentos con tus hijos más que exasperarte con ellos.
