¿Te gustaría tener el tiempo para sentarte tranquila en forma regular a leer un libro y disfrutarlo? ¿Te parece imposible encontrar el tiempo para acomodar este tipo de actividades en el día a día cuando hay asuntos más urgentes que atender?
Estás en buena compañía ya que en mayor o menor medida a todos nos ocurre que no establecemos bien nuestras prioridades. Por eso aquí y ahora vamos a ver QUÉ podemos hacer para tener tiempo para lo que es verdaderamente importante para nosotros. Leelo hasta el final porque estos pocos minutos que pases leyendo pueden representar equilibrio en tu vida, ausencia de estrés y satisfacción por alinear nuestras actividades con lo que verdaderamente valoramos.
Si no establecemos prioridades, nuestra vida entra en piloto automático y vas a responder a las urgencias de los demás y a las distracciones en las que todas estamos sumergidas. Estar yendo de aquí para allá sin rumbo y desatendiendo las cosas que nos hacen bien y que están alineadas con nuestros valores, nos hace sentir sobrepasados de compromisos, pero a la vez estancados en lo que verdaderamente importa.
¿Por qué es importante establecer nuestras prioridades?
- Por un lado, la falta de organización aumenta nuestros niveles de cortisol, lo cual nos pone impacientes y de mal humor. ¡Nada bueno!
- Si no tenemos claras nuestras prioridades, perdemos tiempo en cosas que no están alineadas con nuestro propósito de vida, con lo que nos satisface y hace feliz. Esto afecta nuestra autoestima, bienestar general y salud mental.
Cuando decimos “no tengo tiempo para leer, o hacer ejercicio, o comer saludable”, o lo que fuera que es importante para nosotros es simplemente una excusa que nos damos a nosotros mismos y a los demás. Suena duro, pero es la verdad. La gente que lee regularmente, que estudia, que se ejercita o que pasa tiempo con sus seres queridos no es la gente que no tiene nada que hacer. Es la gente que pone como prioridad esas actividades.
Tener prioridades significa decir que NO a otras cosas menos relevantes para nosotras. La solución no es hacer todo lo que nos llega para complacer a los demás. Al establecer prioridades tenemos que ser brutalmente honestos con nosotras mismas y decidir qué es importante, qué nos trae alegría, paz, qué actividades están alineadas con nuestros grandes objetivos de vida. Y DEJAR DE LADO TODO LO DEMÁS. Después que hacemos lo importante, podemos rellenar nuestro día con otras cosas, pero primero lo primero.
Tendemos a glamorizar el “estar ocupados” como si eso en sí mismo fuera una virtud. El tema es ver qué cosas son las que ocupan nuestros días y consumen nuestro tiempo y energía. Seguí estos pasos para priorizar tu vida, así el tiempo te alcanza para lo que es relevante para vos:
1 – Reconocer cuáles son las cosas que valoras verdaderamente. Para llevar una vida que nos satisfaga y enriquezca, tenemos que encontrar claridad en lo que nos sostiene emocional e intelectualmente. Tenemos que identificar qué es lo que valoramos. Agrupemos en categorías las actividades que nos llevan más tiempo como: tiempo de trabajo, tiempo personal, tiempo para nuestra salud, tiempo de familia, tiempo social y anotemos tres prioridades por cada una de ellas. Si lo que estamos haciendo en este momento no se alinea con esas prioridades que listamos, nos toca hacer cambios. Por ejemplo, si en la categoría de tiempo dedicado a mi trabajo, pongo que una de mis prioridades es conseguir la promoción a supervisora, pero paso la mayor parte de mi día laboral contestando emails que no son las urgencias de otras personas, distrayéndome con las notificaciones del celular y escuchando las quejas de mis colegas, no estoy poniendo mi promoción como prioridad.
Tengamos algo en consideración, que además de escribirlos, tenemos que asegurarnos de llevar a cabo estas prioridades. Si meditar se encuentra como prioridad en nuestro tiempo personal, que esta no quede para la semana que viene o la siguiente. Parece demasiado obvio hasta para nombrarlo, pero muchas veces nos sentimos bien con decir que valoramos la lectura, la meditación y el tiempo de calidad con la pareja, pero después no nos tomamos el momento de leer el libro que nos compramos hace dos meses y nos sentimos culpables porque hace muchísimo que no salimos a cenar con nuestro esposo.
2- Aprendamos a decir que NO. Muchas veces estamos tapados de compromisos y por alguna razón seguimos aceptando responsabilidades que en realidad no nos pertenecen. Decirle que no a los demás es decir que sí a nosotros. Cuando yo trabajaba en hotelería en Nueva York, con mucha frecuencia teníamos eventos y recepciones. Si bien algunas eran importantes porque estaban invitados nuestros clientes, por ejemplo, muchas otras eran simplemente “compromisos” a los que asistía “para no quedar mal”. Cuando uno aprende a decir que no a esos compromisos vacíos que no suman ni enriquecen nuestra vida, no solamente tendremos a favor el tiempo que hubiéramos pasado en el evento, sino también el espacio mental que ocupa ese evento: ¿qué ropa me voy a poner? ¿Quiénes estarán invitados? ¿Quién se va a ocupar de la cena en casa porque voy a volver tarde? Etc.
3- Urgencia e Importancia. Desde que nos levantamos a la mañana hasta que nos vamos a dormir estamos tomando decisiones, algunas pequeñas y otras más significativas. Nos ayudará mucho clasificar las decisiones a tomar en urgentes e importantes o no urgentes y no importantes y colocarlas en cuadrantes. Si una tarea es urgente e importante, le damos prioridad y hay que actuar de inmediato. Si una tarea es importante pero no urgente, la ponemos en el calendario. Si una tarea es urgente pero no importante, la delegamos. Y si una tarea no es urgente ni importante, la eliminamos. Esta es una manera eficiente y rápida de organizar nuestra vida. Aquí te dejo un checklist de prioridades para que lo descargues y puedas lograr enforcarte en lo importante.
4- Un día a la vez. Para alcanzar objetivos a mediano o largo plazo, tenemos que empezar por lo que hacemos cada día. Si queremos completar un curso online dentro de tres meses, tenemos que tomar ciertas acciones hoy, esta semana, este mes, y el que viene para lograr este objetivo. Cuando nos repetimos la excusa de que no tenemos tiempo para esto o aquello que decimos es importante para nosotros, no estamos siendo honestas con nosotras mismas. Quizás decimos que leer libros es importante en nuestra vida, pero en realidad no lo es. Quizás nos convencemos de que no tenemos tiempo para ir al gimnasio, pero la verdad es que no nos interesa demasiado la actividad física. Convengamos que todos valoramos cosas diferentes, no tenemos que ir con lo que suena bien, sino con lo que honestamente se alinea con nuestros valores.
Llevamos toda una vida haciendo las cosas de una manera y cuesta hacer cambios, es cierto. Pero el poco tiempo que lleva el sentarnos tranquilos a pensar cuáles son nuestras prioridades en cada área y acomodarlas dentro de nuestro día, bien vale la pena. Es reconfortante liberarnos del estrés que nos produce el tomar más compromisos de los que podemos manejar saludablemente, sentir la alegría que da hacer cosas que nos llenan el alma, y vivir con la tranquilidad de ver que estamos moviéndonos en dirección a nuestros grandes objetivos de vida.
Establecer prioridades es una manera de auto valorarnos, de poner límites saludables a las emergencias ajenas y de no dejarnos arrastrar por todas las noticias y medios sociales que compiten sin cesar por nuestra atención.
¿Ya me seguís?