Siempre hablamos de que, en la vida, hay que saber ganar y también hay que saber perder. Pero entre ganadores y perdedores existen diferencias abismales ya que muchas veces los ganadores, integran el grupo de los triunfadores y los perdedores… quedan “perdidos” analizando lo que van a hacer.
La mayoría de los ganadores se sientan a analizar sus posibilidades, sabiendo que el éxito de cualquier cosa que deseen emprender requerirá su esfuerzo, mucha dedicación, paciencia y entusiasmo.
El perdedor se enfocará en buscar siempre el trabajo que ofrece ganar un millón de dólares sin hacer nada, en una permanente búsqueda de la famosa gallina de los huevos de oro. En otras palabras: el ganador tiene la firme idea de que encontrará lo que busca y triunfará. El perdedor ni se lo planteará.
El ganador dice: ‘se que me irá bien, se que voy a encontrar lo que estoy buscando… el perdedor asegura que ‘las épocas están malas y será muy difícil desarrollar ideas’.
En algunos casos más y en otros tal vez menos, estas son las definiciones entre los triunfadores y los perdedores y es bueno tener presente, que no siempre se gana para poder triunfar, sino que hay que perder… para poder ganar.
Observemos el caso del juego de cartas UNO, donde cada jugador para poder ganar tiene que perder todas las cartas. De igual modo ocurre con el juego de dominó, donde se gana… perdiendo y deshaciéndose de todas las fichas.
En la vida y en los negocios se gana y también se pierde. Por esa razón es importante entender que para ganar tienes que perder… a veces tiempo, otras inversión, en muchos casos esfuerzo… dedicación… entusiasmo. Así que, si deseas alcanzar el éxito, ponte en marcha dándole acción a tus planes recordando siempre que, cuando pierdes energías y tiempo en tus proyectos, en realidad… ¡Estás ganando!