Convengamos que planear lo que va a pasar al final de nuestra vida no es divertido. Sin embargo, es muy necesario. Más del 50% de los adultos en Estados Unidos no tienen un testamento, y el porcentaje de millennials que no lo tienen es del 78%.
En gran medida, los jóvenes piensan que tienen toda una vida por delante, y que no poseen suficientes bienes para distribuir, entonces ¿para qué preocuparse por esto ahora? Pero el grupo de documentos que vamos a tratar hoy, no son sólo para ancianos afluentes, sino que tiene sentido para toda persona mayor de 18 años.
Este tema es de vital importancia, y en particular para familias con niños. En mi opinión, hay cuatro documentos que son esenciales y que todo adulto debería tener.
Advanced Directive: es un documento legal que firmás cuando estás sano y con todas tus facultades mentales. Te permite dejar instrucciones escritas a tus médicos y familia sobre qué hacer en caso de que te enfermes. No querés que los médicos tomen decisiones por vos ni tampoco dejarles esas decisiones a tus seres queridos.
Durable Power of Attorney for healthcare: en este documento vas a nombrar a una persona de confianza para supervisar tus cuidados médicos y para que tome decisiones sobre tu cuidado en caso de que vos no puedas. Aquí decidís quién va a ser esa persona de confianza y naturalmente, tenés que comunicarle claramente cuáles son tus deseos para que los pueda concretar llegado el momento.
Will o Testamento: es un documento que dice dónde van tus bienes cuando vos hayas fallecido. Si la persona fallece sin un testamento, la corte distribuye los bienes según las leyes del estado. Aun cuando todavía no hayas acumulado muchos bienes materiales, lo que tenés es importante para alguien, entonces no dejes que la corte decida quién se queda con qué. Alguien que tenía claro a quien le quería dejar su dinero era la magnate de New York Leona Helmsley. En su testamento le dejó 12 millones de dólares a su perro y desheredo a dos de sus nietos.
Living Revocable Trust: es también un documento legal que declara quién querés que maneje y distribuya tus bienes si vos estás incapacitado para hacerlo y quién recibe qué en caso de tu fallecimiento. Al firmar el Living Trust, se transfiere la titularidad de todos tus bienes al “trust” pero vos quedas en total control, por lo que podés vender, alquilar, renovar la propiedad o propiedades sin problema. Los bienes que están bajo este “Trust” pueden ser administrados y distribuidos sin necesidad de ir a la Corte, llamada Probate Court.
Probate es el proceso legal a través del cual la corte supervisa cómo y a quién se distribuirán los bienes de una persona; y Probate Court es la corte que se especializa en este proceso. Al documento se le dice “revocable” porque puede ser modificado. Un “Living Trust” también te permite nombrar un guardián para tus hijos menores de edad.
Mi esposo y yo hicimos estos documentos cuando nacieron mis hijos, sobre todo porque queríamos asegurarnos de nombrar un guardián en caso de que nos pase algo a nosotros. Teníamos 30 años cuando comenzamos a pensar más allá de nosotros mismos y a proteger nuestros muy modestos bienes, pero sobre todo, el bienestar de nuestros hijos en caso de que nosotros faltemos. Dos décadas más tarde, me tocó modificarlos después del fallecimiento prematuro de mi esposo, que trajo un cambio significativo a las circunstancias de nuestra familia.
Hay abogados especializados en estos temas que te pueden asesorar en detalle y crear estos documentos para vos. También los podés hacer vos mismo, por una fracción del costo y personalizados a tus necesidades, a través de sitios como LegalZoom
Tener los documentos en orden ayuda inmensamente a las personas que nos rodean. Si bien es incómodo pensar en estos temas, la feliz noticia es que una vez que hemos redactado y firmado estos documentos, podemos olvidarnos y seguir disfrutando de nuestras cosas y nuestra gente. Y una última recomendación, no dejes de avisar a tus personas de confianza donde guardás estos documentos, y si están dentro de una caja fuerte, compartirles la combinación para acceder a ella.
