“El miedo es estática que evita que me escuche a mí mismo” Samuel Butle
El miedo siempre ha sido un detractor a la hora de intentar hacer algo. Miedo a fallar, miedo a elegir mal, miedo al ridículo. La mayoría de las veces no es algo definido sino una idea vaga, difusa, que sirve como una excusa para abandonar o incluso no comenzar lo que nos proponemos. Tim Ferriss, escritor y empresario, propone que el miedo es una parte fundamental a la hora de lograr algo grande.
Ferriss ha basado gran parte de su carrera en confrontar todo aquello que le causa miedo en lugar de evitarlo. Tenía un miedo casi patológico a nadar, fruto de una mala experiencia cuando joven, así que se propuso aprender de los expertos. Hizo lo mismo para aprender japonés y tango, con resultados excelentes. Para lograr esto utilizó un método: partiendo de sus miedos, en primer lugar, anotar todas las maneras en la que el intento podría salir mal. Luego, en otra columna, anotar lo que podría hacer para disminuir la posibilidad de que cada una de esas cosas suceda. Finalmente, en una tercera columna, anotar cómo se recuperarías de cada uno de los escenarios de la primera columna.
Utilizando este método logramos ponerle una cara a aquello que nos perturba. Resulta mucho más simple resolver algo si sabemos específicamente qué buscamos resolver en concreto, en lugar de una idea abstracta y negativa. Dándole nombre y apellido a los temores ya tenemos algo definido y contenido, dimensionado, y sabemos qué es lo que nos afecta y en qué medida. Ya hemos dado un gran paso hacia adelante.
En lugar de indicar que que hay que alejarse, el miedo puede decirnos a dónde ir
Confrontar nuestras ansiedades exige que salgamos de nuestra zona de confort y entremos en ambientes que no nos son familiares. El prospecto de hacer esto puede resultarnos incómodo, pero Victor Küppers, doctor en humanidades, insiste en que nuestra actitud ante estas situaciones es lo que nos define como personas. Él tiene una formula que indica cuánto vale uno: (C+H )x A. Conocimiento más Habilidad por Actitud. Las dos primeras cosas son importantes, claro, por eso suman. Pero lo fundamental es la actitud, porque ésta multiplica todo aquello que ya tenemos, y define los resultados que obtenemos.
Es imposible no tener miedo. Está en nuestro ADN y desata dos instintos básicos, que son la lucha o la huida. Esto servía a nuestros antepasados para saber cuando una amenaza podía poner en peligro la vida. Hoy en día debemos resolver otro tipo de cuestiones. Ya no hay tanto que amenace nuestra supervivencia, así que deberíamos olvidar el instinto de la huida y concentrarnos en la lucha y la confrontación de los miedos, para poder salir adelante en lo que nos propongamos.