No sé si a vos también te pasa, pero a muchas mamás se nos escapan los billetes de la cartera, y prácticamente, ¡sin darnos cuenta! Y hay razones psicológicas por las cuales pasa esto. Veamos cuáles son:
Una de las primeras causas, es cuando no tenemos en claro cuánto podemos gastar. Al salir de compras sin una idea clara de qué necesitamos comprar y cuánto dinero disponemos para esa compra, lo más probable es que traigamos más de lo necesario. Y si vamos con nuestros hijos, que se entusiasman por todo lo que van viendo, se hace muy difícil mantenernos enfocadas. Por ejemplo, si vamos al supermercado porque necesitamos unas verduras para la cena y una botella de aceite, pero volvemos con 1 galón de helado, galletitas en tres gustos diferentes, una torta y dos cajas de cerveza, definitivamente hemos comprado y pagado de más.
Por otro lado, siempre tendemos a querer satisfacer a todos. Es nuestro instinto natural desear que todos estén contentos, y en el esfuerzo por lograrlo, caemos en gastos innecesarios. Si vamos al shopping con nuestra hija adolescente para comprarle zapatillas y al pasar por una tienda se entusiasma con una camiseta que tiene la foto de su cantante favorito, y más adelante quiere un sombrero que le hace juego con el vestido, y sucumbimos al deseo de satisfacerla, vamos a incurrir en un gasto importante por encima de las zapatillas que fuimos a comprar.
Muchas veces, buscamos alivio emocional. Conozco personas que aplacan su estrés saliendo de compras: “ayyy…tuve una semana pesadísima en el trabajo, me voy al mall”. Y así, derriten el plástico de las tarjetas comprando cosas como válvula de escape a las emociones acumuladas. Este hábito puede pesar fuerte a la hora de mirar objetivamente a nuestras finanzas.
Sin dudas, nos gusta comprar las ofertas increíbles. Todos queremos comprar bueno, bonito y barato, y además tiene un sabor a triunfo cuando adquirimos algo muy por debajo del precio regular. Pero cuando compramos algo que no necesitamos con el solo objetivo de comprarlo a buen precio, hubiera sido mejor ahorrar el 100% y dejarlo en la tienda. ¡Esa si es una buena oferta! En los treinta años que llevo viviendo en Estados Unidos acostumbro a recibir ropa de amigos para llevar a quien las necesite cuando viajo a Argentina. Siempre me sorprendo de ver cuánta ropa me donan ¡con las etiquetas de compra y sin uso!
Una vez que hemos concientizado estas causas, se nos hace más fácil poder modificar esos hábitos y reemplazarlos por otros que después no nos hagan sentir culpables. Veamos ahora cuáles son las mejores estrategias para evitar las compras innecesarias:
- Antes de entrar al negocio, tené en claro cuánto querés gastar y qué es lo que fuiste a comprar.
- Comunicale a quienes te acompañen en las compras cuáles son tus límites de gastos y convertilo en un proyecto de familia. Cuando todos están en la misma página respecto a los gastos, es más fácil controlar las compras de impulso o caprichos de todos los miembros de la familia.
- Si tenés dificultades para controlar tus gastos cuando llevás una tarjeta de crédito, acostumbrate a usar efectivo solamente. Los beneficios que tiene usar tarjetas, y pagarlas por completo cuando llega el resumen de cuenta, queda sin efecto si nos estamos endeudando y pagando intereses cada mes. Yo he hecho videos sobre los beneficios de usar tarjetas de crédito que podés mirar para más detalles, pero hasta llegar al punto de comprar con control, es preferible usar cash.
- Aprendé a decir que no, que además es una forma de auto cuidado. Al principio te va a parecer incómodo el no poder complacer a todos, pero con un poco de práctica se vuelve mucho más sencillo.
- No salgas de compra cuando estas bajo el efecto de fuertes emociones. Esperá a haber descansado o sentirte más relajada para encarar tus compras.
- Asignale una función a cada dólar que cobrás para pagar el alquiler, los servicios, cubrir los gastos de escuela, la comida, etc. De esta manera, haciéndolo al revés, evitás gastar primero y cubrir los compromisos importantes con lo que sobra, porque así corrés el riesgo que no te alcance para el alquiler o la escuela.
Por satisfacer las necesidades de nuestros hijos, sumadas a las nuestras, las mamás tenemos con frecuencia la tendencia a gastar de más y compramos cosas que no teníamos la intención de hacerlo. Cuando tomamos conciencia de esto y aplicamos las sugerencias necesarias a nuestro caso, se puede corregir la situación fácilmente.
¿A vos te ha pasado que terminás comprando más de la cuenta?