¿No te ha pasado alguna vez que discutís por dinero con tu pareja, y decís algo que luego lamentás? ¿O dejás que el temor se apodere y tomás decisiones equivocadas? ¿Alguna vez lanzaste tu respuesta sin siquiera escuchar lo que la otra persona estaba diciendo?
Las emociones son poderosísimas. Tu estado de ánimo determina cómo interactuás con las personas, cuánto dinero gastás, cómo manejás los desafíos que se te presentan y cómo pasás tu tiempo libre. Por otra parte, la manera en la que respondes a desafíos proyecta una imagen de vos en tu casa y en tu trabajo. Si sos de los que explota cada vez que hay un desacuerdo, no solo puede afectar tus relaciones familiares, sino también tus oportunidades de progreso laboral. Y como bono adicional, los ataques descontrolados de ira no resuelven el problema.
En cambio, al controlar tus emociones estarás mentalmente fuerte, y como toda cosa, lo puedes lograr con práctica y dedicación. De esta manera, podrás exponer tu punto de vista con más elocuencia, estarás en calma para escuchar a la otra persona con la intención de entender su punto de vista, y así entre ambos, llegar a una conclusión aceptable para las dos partes.
Pero saber manejar las emociones no es lo mismo que suprimirlas. Ignorar que estás triste por no poder inscribir a tus hijos en cierta actividad debido a los costos, o hacer de cuenta que no sientes enojo porque tu pareja gasta más de la cuenta en sus hobbies, no va a solucionar el problema.
En realidad, las heridas emocionales que no se atienden suelen empeorar con el tiempo y con frecuencia nos impulsan a buscar mecanismos de supervivencia poco saludables, como ingerir alimentos o beber alcohol en exceso. Es necesario reconocer nuestros sentimientos sabiendo también que las emociones no tienen por qué controlarnos.
Estas son tres maneras en la que puedes controlar tus emociones, evitando así una explosión:
1. Llamá a las emociones por su nombre: antes de que puedas cambiar la manera en cómo te sientes, es necesario que reconozcas lo que estas experimentando en ese momento. ¿Estas nerviosa? ¿Indignada? ¿Triste? ¿Frustrada? ¿Avergonzada?
Ponele nombre a tus emociones, considerando que quizás puedas sentir más de una a la vez: ansiosa, nerviosa y preocupada.
2. Cambiá tus pensamientos: tus emociones afectan la manera en la que percibís los eventos. Si te sentís nerviosa y agobiada, y tu esposo te dice que quiere hablarte del resumen de la tarjeta de crédito que llego hoy, es posible que asumas que él te está controlando en qué gastas o que está cuestionando tus decisiones. Pero si te sientes contenta y optimista, quizás pienses que te quiere comentar que ha bajado el interés o que te han otorgado una línea de crédito mayor.
Considerá el filtro emocional por el que estás analizando al mundo que te rodea y luego cambiá ese marco mental por uno más realista.
3. Buscá actividades que te levanten el ánimo: cuando transitás emociones negativas, es muy probable que hagas actividades que te mantengan en ese estado, como quejarte con los que te rodean o aislarte de las personas, manteniéndote así en el mismo círculo vicioso. ¡Para sentirse mejor, hay que actuar de forma positiva!
Pensá en las cosas que te gusta hacer cuando estás contento y hacelas cuando te sientas decaído. Vas a notar cómo tu estado de ánimo mejora rápidamente.
Éstos son algunos ejemplos de actividades sencillas que pueden ayudar a pasar esos momentos:
· Hablá con alguna amiga sobre algo agradable (¡no para quejarte!)
· Salí a caminar
· Jugá con tu mascota
· Meditá por unos minutos
· Escuchá música alegre
Regular tus emociones no es una tarea sencilla. Pero mientras más practiques cómo manejarlas, más fortaleza mental desarrollarás. Vas a sentir confianza en tu habilidad de manejar emociones negativas y cambiar tu estado de ánimo a través de elecciones saludables.
Las emociones descontroladas nunca llevan a buen puerto. La próxima vez que sientas que te invade el mal humor, la ira, la ansiedad, el miedo, etc., hacé una pausa, date permiso para sentir lo que estás sintiendo, y cambiá tus pensamientos hacia algo positivo, buscando actividades que te levanten el ánimo y corten el ciclo de emociones negativas.
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