La idea que todo el mundo comparte acerca del descanso y las actividades recreativas es que son una recompensa que nos damos después de haber trabajado mucho. De alguna manera son elementos contrapuestos: trabajo y descanso no van juntos, y se uno quiere trabajar más la mejor manera de hacerlo es descansar menos.
La realidad es bastante diferente. Todos los expertos en salud coinciden en la importancia de descansar apropiadamente si uno planea tener un buen desempeño ne cualquier actividad. Se ve de manera muy clara cuando hacemos ejercicio: rápido y mucho no son sinónimos de mejor. Hay que dedicar a cada ejercicio una cantidad de tiempo que haga falta, teniendo en cuenta los periodos de recuperación. Físicamente, es en estos momentos que nuestro ritmo cardíaco vuelve a la normalidad y nos deja listos para continuar, y es cuando los músculos descansan que pueden reparar el “daño” que les hacemos cuando los sobre-esforzamos con mucho peso. Sin estos momentos de descanso no podríamos desarrollar más resistencia ni aumentar la masa muscular.
En el trabajo ocurre lo mismo. Para cambiar nuestra perspectiva habría que comenzar por examinar lo que entendemos por descanso. Si consideramos automáticamente todo lo que no traiga beneficios económicos como ocio o descanso, es evidente que esto abarca prácticamente todo. Contrario a esta idea, deberíamos abandonar esta noción que es tan vieja como la palabra “negocio” (originalmente significaba todo lo que no fuera ocio) y pensar en los beneficios que tiene el tomarse un tiempo para relajarse.
La psicóloga Alejandra San Juan afirma que “un año sabático puede ser un tiempo positivo que les permita a los jóvenes delinear mejor sus metas y objetivos, realizar un análisis personal de sus proyecciones, intereses y aptitudes. Ello les permitirá enfrentar el futuro con una mayor madurez. Incluso existen algunas investigaciones que indican que un año sabático, desarrolla en el alumno un mayor compromiso con su decisión, una mayor motivación por las tareas, lo que se reflejaría en un mejor rendimiento académico”. Por algo cada vez se ven más estudiantes que se toman un año sabático después del secundario o después de terminar su carrera.
Ya en el ámbito profesional, el tiempo libre nos ayuda a considerar las cosas en perspectiva. La psícóloga Macarena Pérez piensa que al volver de un periodo prolongado de descanso el trabajo es cualitativamente mejor, ya que uno no se fue a hacer nada, sino a probar actividades diferentes que le dan a uno más y mejores herramientas en el ámbito laboral.
La relajación lleva a una mejor calidad de vida personal y profesional
La lista de beneficios es interminable: podemos finalmente tener tiempo para hacer algún curso que antes, por nuestro horario ajetreado, no podíamos; conocer nueva gente y profundizar nuestra relación con familiares y amigos. No es casualidad que el tiempo productivo que pasamos con lo demás se llame en inglés “quality time”, tiempo de calidad.
Ya sea un año o unos minutos cada día, el poder “desconectarnos” nos trae beneficios tanto personales como profesionales, y hace que nuestro accionar diario sea más consciente y llevadero.
