Las diferencias salariales entre hombres y mujeres continúan siendo muy reales. En promedio, una mujer tiene que trabajar casi 16 meses para cobrar lo que un hombre recibe en 12. Y en el caso de las latinas, esa diferencia es aún más impactante, ya que en el curso de nuestra vida laboral se estima que ganamos un millón de dólares menos que un hombre no latino. Esta realidad no es justa ni es divertida, pero la solución comienza por tomar acción y preparar a nuestras niñas para que crezcan con la confianza y los conocimientos de finanzas necesarios para defender sus derechos en el mundo laboral. Y es aquí donde los padres juegan un rol esencial.
Es responsabilidad de los padres comenzar desde la niñez de nuestros hijos a enseñarles a sentirse cómodos con el dinero. Esto es particularmente cierto en el caso de las niñas, ya que históricamente no se las ha incluido en los asuntos de finanzas y economía, y como consecuencia, cuando son adultas no se sienten capacitadas o cómodas para negociar sus salarios, tomar decisiones de inversión y diseñar su propio plan de retiro.
Estos son algunos ejemplos de lo que podemos hacer para criar hijas que sepan desenvolverse con sus finanzas:
Hablarles de dinero abiertamente y desde temprana edad.
Los temas de dinero han sido tradicionalmente tabúes en muchas sociedades, especialmente para las mujeres. Muchas niñas están convencidas de que no son buenas para matemáticas, o escuchan en su casa mensajes limitantes como “no tengo plata”, “el dinero no crece en los árboles”, “el dinero es la raíz de todos los males”, etc.; y de esta manera es muy difícil triunfar si estamos convencidos de que estos pensamientos son así. Es importante hablar de manera constructiva sobre el dinero en las conversaciones cotidianas con nuestras hijas, ofrecerles cuando son niñas juguetes que las ayuden a entender de dónde viene el dinero y a dónde va, y dejarlas también que opinen sobre el tema. Cuando el manejo responsable del dinero es un tema más en la familia, deja de ser algo misterioso o complicado.
Que abran su propia cuenta de banco
Esto las ayudará a ver cómo funciona el consumo y el ahorro en el mundo real. Si son menores de edad, pueden abrir una cuenta de custodia con el padre o la madre. Si tienen un trabajo part-time, o reciben pago semanal por parte de los padres para sus gastos, es una buena costumbre que depositen parte de ese ingreso en la cuenta a través de la aplicación del banco. Allí podrán ver como se modifica la cuenta cuando usan una tarjeta de débito o como se acumula cuando no lo gastan. En este mundo virtual en el que vivimos, es importante entender no solo cómo funciona el dinero físico sino como el dinero virtual es también dinero real.
Sé un buen modelo para tu hija
Este es un punto crítico. Si yo quiero que mi hija maneje bien su dinero, pero todo lo que escucha de su mamá es “preguntale a papá, yo de finanzas no sé nada”, “no tengo idea de inversiones” o “nunca llego a fin de mes”, lo más probable es que ella imite esa conducta. Por eso empecemos por educarnos nosotras, poner nuestras finanzas en orden y que aprendan a nuestro lado cómo llevar adelante una economía familiar organizada. Si precisás ayuda con establecer un presupuesto de manera fácil, te sugiero que veas mi curso de Presupuesto Simplificado que te ayudará a organizar tus finanzas. Nuestros hijos aprenden más por lo que observan de nosotros que por lo que les decimos que hagan.
Dejalas que cometan errores
Si tu hija recibe dinero semanalmente como allowance o si tiene un trabajo part-time, es bueno que sepa de cuánto dinero dispone para sus gastos, y dejala que lo use como le parezca. Si van al shopping con las amigas y se gasta todo lo disponible en una cartera de diseño, muy pronto va a aprender que para comprarse el sweater que le hace falta, va a tener que esperar para juntar el dinero necesario, ya que se gastó todo en otra cosa. No salgamos al rescate comprándoles nosotros lo que tenía que comprar ella con sus fondos.
Enseñémosles a sentirse seguras y con confianza
Cuando les enseñamos sobre el manejo de las finanzas desde niñas, nuestras hijas van a crecer con confianza para negociar sus salarios cuando sean mayores, para conversar con conocimiento sobre temas vinculados a la economía familiar, para ser parte activa de las decisiones monetarias y de inversión, y para tomar buenas decisiones financieras que le darán un retiro cómodo. El conocimiento empodera.
Alentá los buenos hábitos
Cuando desde niñas se acostumbran a manejar su dinero con buen juicio, a no gastar más de lo que tienen, a aprender a esperar ahorrar lo suficiente para comprar algo, se generan buenos hábitos que les servirán el resto de su vida. Este es uno de los mejores regalos que podemos hacerles a nuestras hijas.
Haz que el ahorro y las inversiones sean algo agradable y divertido.
Cuando buscamos maneras creativas de mirar a las inversiones como algo agradable y entretenido, sacamos el estigma de que son algo aburrido y tedioso. Por ejemplo, pueden abrir una cuenta para inversiones en la bolsa de valores y ver online como fluctúa esa inversión. Pueden comparar la suba y baja en plazos cortos y luego a largo plazo, como un año, por ejemplo, para ver cómo va creciendo la inversión. También es una manera práctica de ver cómo funciona el maravilloso interés compuesto. Además, aprender temprano a generar ingresos pasivos es una experiencia valiosísima.
Invitala a anotarse en una clase
Hay muchos cursos y clases de finanzas diseñadas específicamente para jóvenes. Es interesante que tome alguna clase de finanzas personales o presupuestos para sentar buenas bases y estrategias. Los principios financieros que necesitamos aprender para manejar bien nuestro dinero y presupuesto no son complicados y no hay que ser un genio para entenderlos, pero si es esencial dominarlos para tomar las riendas de nuestra economía personal y familiar.
Todos estos fundamentos se aplican también a nuestros hijos varones por supuesto, pero son las niñas las que tradicionalmente no han sido incluidas en este tipo de conversación y es imperativo que se revierta esta situación para que el día de mañana sean mujeres que puedan manejarse en el mundo laboral con firmeza, de igual a igual en cualquier circunstancia, incluyendo la negociación de una compensación justa y equitativa.
