Convengamos que prosperar en esta vida moderna nos impone exigencias laborales y personales que con frecuencia entran en conflicto. En el seno de la familia, la distribución de las responsabilidades entre la pareja y los hijos suele ser ocasión de desacuerdos, y en la mayoría de los casos, es la mujer la que termina con una carga mayor de obligaciones. Adicionalmente, al querer cumplir satisfactoriamente con todos los roles que desempeña, la mujer suele sentirse agobiada y sin control de las circunstancias. El sentir que al trabajar se descuida la familia, o que por atender las necesidades familiares se relega el trabajo, hacen que la persona no se sienta bien. El hecho de que sea un problema común, no lo hace menos doloroso.
Balance Familia-Trabajo
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El estrés producido por las presiones paralelas de compromisos familiares y laborales crean un torbellino interior. Esto no conduce a la armonía en el hogar ni a la vida saludable, y, en consecuencia, hay que buscarle una solución.