Los inmigrantes que estamos criando hijos en una cultura y con un idioma diferente al nuestro, tenemos importantes desafíos. Por un lado, queremos que los chicos se integren a la cultura local y por otro, sabemos que es bueno que conserven o aprendan el idioma de origen de los padres ya que eso les abre grandes oportunidades. Pero con frecuencia nos sentimos que estamos nadando contra la corriente y estamos tentados a bajar los brazos y dejar que solo hablen inglés.

Los niños y jóvenes tienen la capacidad de manejar más de un idioma simultáneamente. Tenemos la posibilidad de darles una lengua rica como el español, que les servirá para mejorar su conexión con la familia y sus opciones laborales en el futuro. El idioma es la puerta de ingreso a la cultura de los ancestros y algo valioso que no queremos perder.